sábado, 6 de noviembre de 2010

Don Justo Müller




El señor justo Müller (pronunciación aproximada Miler) como tantos otros patriotas cuatribarrados-estelados nació hace unos sesenta años en Villanueva de Córdoba , municipio perteneciente a la comarca de Los Pedroches, a unos veinte kilómetros de Pozoblanco, en cuya plaza de toros murió Paquirri el marido de la Pantoja, en plena sierra cordobesa. Bastantes kilómetros más al sur, en la misma provincia de Córdoba rozando tierras granadinas, al límite de la campiña cordobesa, se encuentra enclavado Iznájar con su famoso pantano en el rio Genil, pueblo donde por primera vez vio la luz otro patriota cuatribarrado, de momento no estelado, a quien nosotros modestamente hemos rebautizado como” el pequeño honorable”, en comparación con El Gran Honorable, natural de Barcelona, fundador y otorgador de diplomas patrióticos cuatribarrados en superficie y, estelados, bajo la manta.
Según don Justo: “Los catalanes nacemos donde queremos” luego nadie debería extrañarse que Córdoba y su provincia sean un vivero selecto donde anida el patriotismo cataláunico, algo parecido a la Masía barcelonista futbolera, pues parece ser que El Gran Honorable ha bendecido esa tierra como lugar sagrado originario de patriotas, frailes legos del convento cuatribarrado, patriotas útiles para el trabajo ordinario de alcantarillas, imprescindible para la creación de un único pueblo, una única nación, una Cataluña grande y libre.


Herr Müller, pillo redomado donde los haya, abandonó su tierra natal en 1967, muy cercano en el tiempo a cuando lo hizo el pequeño honorable, ambos, como tantos otros, acudiendo raudos a la llamada de la patria cuatribarrada, eran catalanes y habían nacido en Córdoba porque les dio la gana, “los catalanes nacemos donde queremos”. Müller al llegar a Barcelona trabajó como mecánico de coches y taxista, el pequeño honorable como empleado de un Ayuntamiento del Baix Llobregat enchufado desde el partido donde militaba. Ambos, paisanos allí y aquí, descubrieron rápidamente cada uno por su cuenta las vías para la promoción social y económica: El pillo de Müller amorrándose felatoriamente al sexo político del Gran Honorable, el pequeño honorable incrustándose en los cimientos del PSC y desde esa situación medrar al servicio del sectario analfabeto local de turno, hasta encaramarse a la cúpula del partido. Muy poco se preocuparon ambos de formarse cultural y profesionalmente pasando por la Universidad, eso requería esfuerzos muy poco reconocidos, como es natural, por la sociedad. Esfuerzo, trabajar y estudiar simultáneamente, que ellos no estaban dispuestos a realizar existiendo otros caminos mucho más fáciles. Bastaba con perder la dignidad, vender sus almas al nacionalismo manipulador y sacar provecho económico y social de inmediato.


Pero hoy el protagonista principal de este escrito es Herr Müller , se lo ha ganado a pulso después de sus últimas declaraciones recogidas en un diario digital de Barcelona. El señor Justo es un tipo fino y bien educado, elegante y saleroso, para mí representa una importante inyección de sangre nueva alegre y dicharachera en los circuitos venosos y arteriales del atrofiado organismo cuatribarrado-estelado tan ranciamente tradicional y previsible en sus manifestaciones conjuntas e individuales, como el discurrir de las noticias en los antiguos telediarios, partes, franquistas. Pero a lo que vamos. Müller aspira legítimamente a que Cataluña sea “Un país más de Europa en el que sólo se hable catalán”. Utilizando términos enriquecedores para el acervo catalanista “a ver si sois un poco más cabrones” y también “menos educados” dirigiéndose a los participantes en un acto organizado por la Plataforma per la Llengua, recriminando a los catalanoparlantes por cambiar al español cuando alguien se dirige a ellos en esa lengua. ¡Más cabrones! Deben ser más cabrones según Herr Müller, lo que presupone el amigo Justo es que ya son cabrones pero tienen que serlo más todavía.
La cultura de este hombre, en catalán y castellano, resulta inabarcable para un pobre mortal, ella y su ambición económica le dictan las diferentes estrategias para consolidarse como un patriota-converso- renegado de primerísima magnitud.
Alguna perla más atribuible al señor Müller:
“En una Cataluña independiente viviremos mejor sólo en catalán” La cantinela separatista repite lo de vivir mejor como un principio indemostrable que nos caerá del cielo por el sólo hecho de que ellos lo afirmen.
“Se puede vivir únicamente en catalán y en mi casa sólo se habla catalán y se ve TV3” Caray, caray, ni siquiera ve el bodrio que él personalmente regenta.
“En mi casa vivimos en catalán y comemos en catalán” Perfecto, cada uno de puertas para adentro puede morirse como quiera (es un decir). Ahora bien, si se vive y come en catalán debemos suponer que también realizaran todas otras funciones fisiológicas, incluidas las de excreción, en la misma lengua y los mismos principios patrióticos cuatribarrados. ¿Alguien recuerda aquel chascarrillo que presentaba al caudillo en el excusado en el momento de sonar el himno nacional español? Pues eso.


Seamos serios a este individuo, al señor Müller, le importa un pito la patria, la lengua, la independencia, y la virgen de Montserrat, este pájaro, Herr Müller, le mueve fundamentalmente la ambición de poder económico y de representación social, sus fuentes habituales se le están agotando y busca el filón uniforme del independentismo fanático como nuevo soporte donde apoyarse. Su protector tradicional, El Gran Honorable, ya está en las puertas del final biológico y político. El pillo redomado, Don Justo, mira el futuro. Pero, siempre aparecen imponderables, la vida es corta, y Müller según sus enemigos declarados, que los tiene, afirman que un tumor pancreático de origen atribuible a los excesos de bebida espirituosa de graduación superior a 40 grados alcohólicos, como por ejemplo el “Anís Machaquito” al que dicen que es un gran aficionado, le están marcando una meta de difícil regreso. Sinceramente me gustaría pensar que este asunto de la enfermedad es un infundio malintencionado de algunas personas faltas de escrúpulos. Desgraciadamente nadie está a salvo de morirse en el momento más inesperado, de un tumor canceroso, de un maldito tabardillo o de mil y una patología que asechan al individuo por el sólo hecho de estar vivo.


Intercalo aquí dos comentarios leídos en “La voz de Barcelona” que me parecen que definen con cierta justicia al señor Müller:
“No hace falta ser muy observador, ya seas independentista catalán o del Valle de Arán, nacionalista español o simplemente apolítico, para darse cuenta de que Justo Molinero es un cutre, chaquetero, y manipulador de almas, que igual vende el taca taca y olé, el cine X en su TV, las líneas de pago de futurólogos casposos, el voto al PSC o a CiU. Lo más paradójico es que por mucho que defienda el uso del catalán (lo cual me parece muy bien pues es libre de hacerlo) los políticos de CiU se ríen de lo mal que lo habla. Se descojonan porque no han entendido ni la mitad de lo que ha dicho. Lo siento Justo, la vida es cruel……Saben aquell que diu…”

El segundo comentario me parece de mayor dureza va directamente al cuello del señor Müller:

“Siempre pensé que era Vd. Un cínico y un falso, dispuesto a jugar con los sentimientos de algunas personas, con tal de sacar “tajada”. Es Vd. Un claro ejemplo del típico vendido, patético y nauseabundo. Está claro que es Vd. Muy útil al poder nacionalista, que lo seguirá utilizando mientras le interese.”

Bien, aquí nos hemos permitido alemanizar el apellido del señor Justo posiblemente influidos inconscientemente por el significado de las palabras Müll (basura), Müllhaufen (montón de basura) y Müllmann (basurero).

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