miércoles, 24 de diciembre de 2008

Muy buenas:
Permitanme que lo primero que escriba en esta hoja, perdida en el inmenso mundo de Internet, sean unas palabras de bienvenida, para algún navegante despistado que haya equivocado el rumbo de navegación y tropiece con este modesto blog. Nada mejor, bajo mi punto de vista, que un fragmento de la niñez explicada con ingenuidad por A. Machado:

Yo conocí, siendo niño,
la alegría de dar vueltas
sobre un corcel colorado,
en una noche de fiesta.

En el aire polvoriento
chispeaban las candelas,
y la noche azul ardía
toda sembrada de estrellas.

!Alegrías infantiles
que cuestan una moneda
de cobre, lindos pegasos,
caballitos de madera!

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