viernes, 24 de julio de 2009

Desafección

Desafección


La desafección es una palabra que se encuentra íntimamente relacionada ,y a veces confundida, con desafecto, antipatía, aversión, animadversión, animosidad, inquina, odio, tirria, rabia, manía, ojeriza……y, supongo que con alguna otra palabra más que se me escapa. La desafección puede considerarse como una falta de afecto, enemistad o aversión hacia alguien o algo, especialmente un régimen político.
El término “desafección política” es relativamente nuevo. Los especialistas en sociología política y ciencia política describen la actual situación en España como un caso claro de desafección política, un sentimiento subjetivo de falta de confianza en el proceso político, políticos e instituciones democráticas, cuyo resultado más evidente es el distanciamiento de los ciudadanos de los partidos políticos y de otras organizaciones afines cuya principal razón de ser es la conquista del poder.
Algunos síntomas de la desafección política son: extensión de una conciencia social contraria a los partidos políticos y un desinterés creciente hacia las formas tradicionales de representación política, descenso de la participación electoral, baja significativa de la afiliación política etc.


El tema de la desafección política, aun considerándolo interesante, no es la razón de este escrito. A nosotros nos interesa otro tipo de desafección: la desafección de Cataluña respecto a España. Un tema complicado sobre el cual nos está advirtiendo, un día sí y el otro también, el president Montilla (el pequeño honorable) y paralelamente con simultaneidad física y mayor contundencia, también lo hace El Gran Honorable. ¡Hay riesgo de desafección con España! Proclama el pequeño honorable. ¡La desafección de Catalunya con España es una hermosa realidad! Remacha El Gran Honorable.
Después del reparto de activos monetarios por el gobierno de Zp entre las diferentes partes interesadas, el dinero no hace la felicidad pero al menos ayuda a amansar a las fieras, Rodríguez se ha garantizado el apoyo de ERC e ICV en el congreso a costa de sobrevalorar, relativamente respeto al resto, el montante asignado a Cataluña.
Rodríguez, el optimista Rodríguez, proclama a los cuatro vientos el fin de la desafección de Cataluña con España. El pequeño honorable en cambio, astuto y realista, nos dice: “El riesgo de desafección se ha atenuado, pero no ha desaparecido”. El Gran Honorable critica la nueva financiación por escasa y no respetar el Estatut . Y, llama a no permanecer callados ante lo que considera otro incumplimiento de Zapatero. Pide coraje para criticar un pacto que no soluciona los problemas de Catalunya e implícitamente un incremento proporcional de la desafección de Cataluña respecto a España.
Artur Mas, el delfín Mas, en unas declaraciones realizadas el domingo en La Vanguardia fue mucho más rotundo que El Gran Honorable, y dio varias vueltas a la tuerca de la desafección, éste se huele que se va a quedar sin lucir el maillot amarillo de líder del tour de la honorabilidad, cuyos extremos lo definen el pequeño honorable y El Gran Honorable (de menor a mayor importancia en la escala interna de honorabilidad cuatribarrada).
El pequeño honorable es un hombre práctico, una de sus principales virtudes junto a la prudencia y silencios estratégicos manejados con habilidad, y debe mantener encendida la llama de la desafección pero con un fuego leve y controlado “aún hay riesgos de desafección con España” riesgos que irán disminuyendo muy lentamente a medida que la manteca, dineraria vaya llenando las orzas nacionalistas a costa del presupuesto común del Estado español, según la terminología oficial cuatribarrada. Hoy, cinco puntos por encima de la media, mañana dos puntitos más, pasado otros seis puntos etc. Así hasta conseguir que todos los catalanes podamos comer en dornajo de oro, como les ocurre a los vascos y navarros. En lugar de aportar, retraer de las ubres del presupuesto común toda la leche posible. Sin demostrar en ningún momento que la desafección desaparece. Al contrario, tendremos la barriga plena pero siempre habrá motivos para la desafección: Las selecciones nacionales, la capitalidad del Estado, la lengua, la sanidad, el sistema judicial……..etc. etc. A medida que se consigan cotas superiores de poder la desafección se mantendrá estable con ligeros movimientos a la baja. Hasta llegar a convertir el Estado español (según nuestra terminología oficial) en un cascarón inservible e irreconocible un fantasma de juguete para hacer reír a los tiernos infantes.


Me temo que los principales paganos de la manteca van a ser los de Madrit , de momento en el reparto zapateril salen bastante trasquilados, 4000 kilos (mientras algún afortunado no pese un millón de euros en billetes de 500,dos mil, y sepamos cuantos gramos son, utilizaremos la nomenclatura antigua descubierta por Manuel Benítez, el cordobés, cuando observó que un millón de pesetas en billetes de mil pesaba aproximadamente un kilo) frente a 1900 de Madrid, comparando el número de habitantes de una y otra autonomía resulta que un cuatribarrado, patriota o no, vale a efectos del reparto por dos madrileños. Los patriotas cuatribarrados no estamos totalmente contentos, algo sí que nos alegramos para qué negarlo, pero pensamos en privado que nuestra valía, no solamente a efectos contables, se debe valorar entre cuatro y cinco madrileños. No sé, por poner un ejemplo cotidiano, tenemos el caso de los futbolistas profesionales los clubs cambian cuatro por uno y encima ofrecen hasta 45 kilos en metálico. Siempre habrá gente de clase y súbditos.
Además es justo que los madrileños aporten más dinero para los gastos de la nación española y sean solidarios con los suyos, los españoles, nosotros desde nuestra condición de artistas invitados ya contribuimos a dar prestigio internacional a ese país de cabreros y frailes, gente escasamente productiva e inculta. Demasiado hacemos teniendo que aguantar toda la caterva de compatriotas suyos que nos invaden y llenan nuestros extrarradios con su presencia y la de su prole, que tantísimo esfuerzo nos está costando adoctrinar, pero que nadie dude que lo conseguiremos. ¡Ya lo estamos consiguiendo!
Nuestra solidaridad solamente debe alcanzar el área de los países catalanes, estén o no dentro de los límites del Estado español (terminología obligatoria para los medios públicos y privados) volcándonos fundamentalmente en aquellas zonas étnicamente puras donde se cultiva el espíritu racial con esmero y delicadeza, y hasta las flores que adornan nuestros jardines destilan fragancias simples y genuinas propias de la selección especifica a que han sido sometidas.


La existencia de un patriota étnico cuatribarrado, como es mi caso, aún viviendo en zona limpia étnicamente, zona bucólica pastoril llena de encantos naturales donde la felicidad personal y comunitaria resulta incuestionable. Siempre se producen sombras que matizan esa felicidad plena, alguna noticia inoportuna, algún percance imprevisto pequeños detalles a veces inoportunos que debemos acostúmbranos a sobrellevar con resignación cristiana. Ahora estamos preocupados por dos enfermedades concretas como la gripe A, causada por el virus H1N1 tan popular como impertinente. El otoño está a la vuelta de la esquina, la vacuna no está resuelta y no es para tomárselo a broma. Otra enfermedad viral poco conocida pero real como el escudo del Barça es la denominada leuco encefalopatía multifocal progresiva, una enfermedad neurológica desmielinizante rara y grave, causada por la reactivación del poliomavirus JC en el sistema nervioso central. Enfermedad que se manifiesta cuando el sistema inmunológico está muy comprometido. Casos concretos se han dado en patriotas poco consistentes con nuestra sagrada ideología y por un tiempo han abandonado los cinco ejercicios diarios de canto del himno nacional en posición de firmes con el brazo en alto mirando a la montaña sagrada.
Lo más lamentable de este asunto es que los dos virus arriba mencionados no distinguen en sus ataques la calidad ideológica de la víctima y atacan con parecida virulencia a un patriota integro cuatribarrado o a un español cutre.


En cuanto a las noticias que uno lee en la prensa diaria las hay capaces de emocionar, cabrear, reconfortar, e incluso provocar ligeros indicios de crisis depresivas en personas poco estables en su comportamiento emocional. Exponemos dos de tales noticias:
Reconforta: el pequeño honorable basándose en la extraordinaria formación jurídica que posee afirma con rotundidad lo que sigue: “El Estatuto es constitucional, pero además de una ley orgánica es un pacto político. Y los pactos políticos no los pueden tumbar los tribunales” . Intenta rebatirle técnicamente el ciudadano F. de Carreras pero éste a pesar de ser catedrático de Derecho Constitucional no alcanza la altura jurídica del pequeño honorable.

Cabrea: El director de La Vanguardia, José Antich , a pesar de ser uno de los nuestros escribe en la contraportada “…….Contador serio y discreto, con un perfil que a veces puede recordar al futbolista azulgrana Andrés Iniesta, se suma a la ola de brillantes deportistas españoles de estos años, rivalizando con el baloncestista Pau Gasol, el tenista Rafael Nadal o la nadadora Gemma Mengual, que en los campeonatos del mundo de Roma está liderando el equipo español de natación sincronizada. Los tiempos de la penuria deportiva en nuestro país empezaron a acabar con los juegos Olímpicos de 1992. Desde entonces , el deporte español en sus diferentes disciplinas no ha dejado de crecer y, así, hoy cuenta con un capital humano impresionante que nos sitúa como una potencia deportiva de primer nivel”.
Evidentemente Antich habla como cualquier español pueda hacerlo.

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