miércoles, 16 de diciembre de 2009

Yo voté No en el referéndum




Hace varias horas he recibido en el buzón electrónico el escrito siguiente:
Señor soy un lector habitual de este blog, debido al enorme impacto mediático que posee y al patriotismo cuatribarrado que destila el autor en todos y cada uno de los escritos publicados, moviéndose con habilidad infiltrado entre las líneas enemigas, cosa que desde aquí le agradezco, le ruego publique este escrito donde explico un pecado de lesa patria que me atormenta desde que me fue posible elucidar el tremendo error involuntario por mí cometido en el referendo de liberación Nacional. Seguidamente paso a explicarle mi caso.
Atentamente: Joan


Mi nombre es Joan Cantarellest i Pumarolas y soy natural de Sant Jaume de Frontanyá. Sí, el pequeño pueblo de la comarca del Berguedà cercano a Castell de L`areny, entre la sierra del Catllaràs y el Puig Lluent, famoso últimamente por el referéndum de independencia de Catalunya. El meu poble és tan petit que quan el sol se`n va a dormir mai no está prou segur d`havernlo vist……(Lluis Llansà) (mi pueblo es tan pequeño que cuando el sol se pone no está suficiente seguro de haberlo visto….). 21 habitantes en total con derecho a voto y variado ganado porcino, lanar y cabruno, aparte de numerosas aves de corral y conejos domésticos. Tengo 41 años y mi profesión es pastor, practico la poesía en los momentos de soledad y quietud que son abundantes, como pueden comprender sin demasiadas explicaciones. El motivo fundamental de este escrito ha surgido en mí como acto de contrición y remordimiento después de un amplio examen de conciencia relacionado con la acción cívica de votar en el glorioso referéndum nacional el democrático y patriótico texto que sigue entre interrogantes:
¿Patriota, está de acuerdo que la Nación catalana se convierta en un Estado Nacional-Socialista, independiente, integrado en el futuro eje de la internacional nacionalista, perteneciente a la Unión Europea”?.
Como comprenderán un hombre de pureza étnica total, como resulta patente en mí caso, ante una pregunta de tal naturaleza solamente puede plantearse una respuesta: Sí, rotundamente Sí. No obstante ¿cómo pude votar No? Se preguntarán ustedes. Yo les respondo: mi No, fue producto de un sabotaje, un criminal sabotaje, que paso a paso a medida que avance en este escrito les iré explicando.


Por motivos de promoción turística de Sant Jaume de Fronttanyà, el pleno municipal al cual tengo el honor de pertenecer, consideró que sería bueno para el pueblo adelantar un día las elecciones de liberación nacional invitando al líder supremo de ERC a presidir el inolvidable evento y al mismo tiempo marcar la pauta al resto de municipios, más poblados todos ellos pero no más patrióticos, implicados en el gran día de la independencia. El éxito de la jornada nacional en Sant Jaume de Frontanyá no ha podido ser más clamoroso. El señor alcalde, Ramón V. chupó cámara abundante, junto al gran líder republicano, y sus declaraciones han aparecido en los medios nacionales y extranjeros, incluidos los españoles, la cual cosa me llena de orgullo y satisfacción patriótica:
“Estamos muy contentos con los resultados. La respuesta de los vecinos ha sido excelente y ha demostrado que queremos una Catalunya independiente y Nacional-Socialista” ha dicho entre otras cosas. Los resultados cantan por si mismos: 21 habitantes con derecho a voto, 18 Sí, 2 abstenciones, 1 No (el mío). No obstante merece la pena desmenuzar un poco la frialdad de los números. Entre los 18 votos positivos hay que considerar 1 marroquí y 1 rumano (éste votó por divertirse un poco según explicaba al salir del Ayuntamiento donde estaba instalada la mesa, y ambos extranjeros por salvaguardar su seguridad personal), dos adolescentes de 16 años, y el hijo del señor alcalde, Josep María, que tiene 12 años pero representa 17.
Con este acto de democracia plena, según palabras del señor alcalde, los votos contribuyen al restablecimiento del Estado catalán, no importan que provengan de moros o cristianos, lo interesante es que sirvan para cazar ratones. Después, una vez instaurado el Estado Nacional, ya se pulirá tanto cuanto sea necesario eliminando, democráticamente, toda ganga que no cumplan con el patrón étnico de referencia cuatribarrada.


En cuanto al voto negativo (desgraciadamente mi voto) el señor alcalde ha dicho con cierto aire amenazador: “Aquí nos conocemos todos el voto negativo no fue ninguna sorpresa, pertenece a una vecina bien catalogada políticamente”. Para mí este último comentario ha sido como un martillazo en la conciencia, casi tan fuerte como el recibido por Berlusconi en plena cara, pero con heridas en el alma de difícil cicatrización. La condición de poeta me retrae a tiempos pasados cuando murió mi oveja preferida la merina “petita” y compuse aquellos versos de amor, digo amor zoogenico zoofilico, que no me avergüenza confesar:
No está de moda practicar sexo, si no hay razón para el corazón, no está de moda, no…practicar sexo…….
Los resultados de las elecciones realizadas en lugares escogidos de nuestra patria, atendiendo al criterio científico de uniformidad étnica, no han podido ser más ilusionantes para nuestra causa cuatribarrada. Sobre 700.000 electores posibles han votado 189.942 una participación del 27.4% . Han votado Sí el 94.9% y No el 3.2%. Los fascistas españoles ponen en duda ese fantástico 94.9% sin pararse a pensar en el riguroso control internacional realizado por la Internacional Nacionalista: inspectores, controladores, observadores, de partidos nacionalistas europeos, eurodiputados de Flandes, Córcega, Gales,…..hasta el mismo Xosé Manuel Beiras ex líder del BNG. “Los controlados designan a los controladores vaya, vaya, con los garantes de imparcialidad” (Carreras). “Las consultas populares del domingo en tantos municipios catalanes se celebraron con las cartas marcadas a juzgar por el alto porcentaje de votos afirmativos, casi el 95 por ciento, y con una participación que no superó el 28 por ciento. Estos datos plebiscitarios facilitados por los organizadores son infrecuentes, por no decir insólitos, en los sistemas democráticos.” (Lluís Foix, catalanista moderado).
El criterio étnico ha sido fundamental en la obtención de tales resultados, basta analizar los datos población por población, lugares poco importantes demográficamente y homogeneidad étnica total, participación de hasta el 90.5% como en mi pueblo Sant Jaume de Frontanyà, ciudades muy contaminadas étnicamente como Vilanova i la Geltrú (54.322 electores) con una participación del 15.7%.
Resulta evidente que, para obtener la independencia con relativa cercanía en el tiempo, hay que descontaminar el ambiente, una dolorosa pero imprescindible limpieza étnica resulta la única salida capaz de unificar sentimientos y afianzar definitivamente el concepto de Estado Nacional Socialista entre nuestros conciudadanos.


Particularmente por mi condición de pastor poeta, poco dado a los aspectos prácticos de la vida pero con necesidades terrenas como todo el mundo, una limpieza étnica bien estructurada me iría lo más de bien, aparte de llenar por completo mis inquietudes espirituales, patrióticas e intelectuales. Pienso en el charnego Domínguez un vecino dominguero, que siempre habla castellano, con residencia fija en Barcelona, que se ha construido una hermosa casa cerca de la mía y que la desmerece a ojos vista, pienso en las cuatro cabras dos ovejas y una cochina que le tengo a pupilaje por una ridícula cantidad, pienso en su hija veinteañera y en su esposa Rosita ( algunos individuos tienen verdadera suerte, uno en cambio siempre tratando con churras y merinas incluso en los momentos de mayor intimidad, toda la vida a dieta obligada de churra o merina), pienso incluso en el estupendo coche de Domínguez que conduce con tanta chulería y que en una ocasión arrolló a una cría de mi cabra más hermosa matándola.
¡La limpieza étnica para mí sería como agua de mayo!

Pero se consume el escrito y aún no he explicado el motivo del mismo. Mi voto negativo, ese voto negativo que atormenta mi espíritu, acongoja mi ánimo y me transporta a los dominios del Dios de la ira. Todo empezó el viernes día 11 de noviembre cuando me enteré por un conocido del pueblo de al lado, Castell de L`areny, que un pequeño grupo de personas, militantes del partido lerrouxista- españolista Ciutadans, había organizado en el pueblo una especie de charlotada gastronómica con pretensiones políticas capaces de hacer sombra a la votación prevista el mismo día en Sant Jaume.
Burlonamente, haciendo referencia a un símbolo catalán, además de tratarse de un alimento común de nuestro pueblo, denominaron al acto butifarréndum, un barbarismo impresentable en cualquier idioma civilizado, prueba irrefutable de la catadura moral, espiritual y gramatical de tales individuos. Lo más lamentable del caso es que la persona organizadora del acto político-gastronómico-identitario es un individuo de pureza étnica intachable, un traidor a sus orígenes, pasado al enemigo ocupante por motivos espurios de difícil comprensión para un poeta patriótico, aunque este desempeñe el humilde oficio de pastor. Bien a lo que vamos, (les pido disculpas pero la soledad de mi oficio y el dolor patriótico que me embarga, por el voto negativo emitido, hace que cuando tengo la ocasión de coger la hebra, aunque sea escribiendo, siempre encuentro palabras para continuar largando inconsistencias) ni corto ni perezoso decidí asistir al acto antipatriótico aprovechando que era a primera hora de la mañana “a la hora d`esmorzar” para observar el panorama y tomar algún trago a costa de los pardillos ciudadanos. Después de regreso a Sant Jaume votaría tranquilamente, llevaba la papeleta del Sí con su sobre correspondiente ,perfumado discretamente, en la cartera, se comprende que viviendo sólo mezclado hasta en lo más intimo con churras y merinas el olor típico de ganado a veces cuesta disimularlo a pesar de que me ducho cada mes.


Éramos cuatro y el cabo, el organizador del evento, el aspecto gastronómico casi perfecto, aunque soy un hombre de pensamiento, frugal en las expansiones mundanas, un poeta, me calcé cinco butifarras grandes y tres pequeñas, siete cebollas frescas y media cabeza de ajos, cinco costillas de cerdo acompañadas de alioli, un porrón de vino de litro y medio, un pan de payés de dos kilos y para rematar tres carajillos de Ron Pujol. Luego de varios eructos que no los mejorarían ni Sancho Panza y otras salidas de gases no controladas, un sopor irresistible se apoderó de mí y dio lugar involuntariamente al calvario mental que ahora en estos momentos me atormenta. Cuando desperté regresé a Sant Jaume, me dirigí al Ayuntamiento y deposité mi voto en la sala habilitada para tal fin, el sobre olía a “rosas del campo”, el perfume que utilizo a veces para componer a la “mocha” mi oveja preferida en estos meses de otoño invierno. Después de un rato de palique con el señor alcalde marché para mi casa quería ver el partido del Barça contra esos desgraciados del Español.
Durante el corto trayecto que separa mi casa del Ayuntamiento no pude aguantar una sonora carcajada pensando en los pardillos que habían organizado la butifarrada, menudo banquete me había dado a su costa, infelices creen posible una convivencia democrática entre lo que ellos representan y el futuro Estado Nacional Socialista que nos espera dentro de bien poco. Tengo que reconocer que estaba de muy buen humor, ahora a ver la goleada del Barça me dije para mis adentros.
Me senté frente al televisor y cuando comenzó el partido saqué la foto de mi cartera de nuestro futuro caudillo Joan Laporta, siempre que juega el Barça así lo hago y me trae buena suerte, y la puse junto al televisor. Entonces me di cuenta que pegado a la foto había un pequeño papel escrito a lápiz que yo nunca había visto antes, lo desdoblé tembloroso, me esperaba algo malo, y en efecto decía:
“Por Nazi Gorrón y Tontorrón te hemos hecho votar No” .
Los insultos e improperios fluyeron de mis labios atropelladamente contra esa gentuza ciudadana. ¡Malparirs! ¡Cabróns! ¡Fills de puta! Fue lo más suave que salió de mi boca. Pero el hecho ya estaba consumado: mi patriótico voto había sido No.


Menos mal que como remate del día el Barça ganó el partido, de penalti injusto pero consiguió los tres puntos que es lo importante, gracias a la conexión de nuestro futuro caudillo con el Villarato que nos envió a un patriota del norte vestido de negro en forma de árbitro, Iturralde ,el hombre de mayor confianza de la organización.
Quisiera decir para terminar que, si alguna persona se siente molesta por algún término o concepto utilizado en este escrito toda la responsabilidad es del patriota cuatribarrado compañero mío de militancia patriótica el señor Joan C. i P. con el cual me siento identificado y en la medida de mis posibilidades apoyo en su desgracia. Lo suyo ha sido muy gordo.







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