El almuédano

“Empieza la mañana a moverse sobre las casas, la piel del agua se vuelve espejo del cielo, y entonces el almuédano inspira hondo y grita, agudísimo, Allahu akbar, pregonando a los aires la sobre todas grandeza de Dios, y repite un extático canto, tomando al mundo por testigo de que no hay más Dios que Alá y que Mahoma es el enviado de Alá, y habiendo dicho estas verdades esenciales llama a la oración. Venid al azalá. Pero siendo el hombre de naturaleza perezoso, aunque creyente en el poder de Aquél que nunca duerme, el almuédano reprende caritativo a aquellos a quienes los párpados aún pesan. La oración es mejor que el sueño, As-sala-tu jay-run min an-nawn, para quienes en esta lengua lo entienden, y concluyó al fin proclamando que Alá es el único Dios. La ilaha illa llah, pero ahora una sola vez, que es cuanto basta si se trata de verdades definitivas” (Saramago, historia del cerco de Lisboa).

¡Venid al azalá, venid al azalá! así ha sido llamado Zapatero (el come curas, el gran agnóstico y anticlerical, o quizás ateo, el paladín del laicismo, el tontorrón, el gafe internacional, el contradictorio, el mentiroso, el líder de la política gestual……..) al Desayuno Nacional de la Oración a celebrar, Dios mediante, en Washington, cuyos organizadores pertenecen a la flor y nata del integrismo norteamericano, con los que compartirá oración, azalá, presidida por el Gran almuédano de Occidente el ayatolá Obama dueño y señor del mundo conocido y único Dios verdadero durante ocho largos años, cuyo profeta volante es el ínclito ZP, maestro del servilismo y principal amorrado al pilón felatorio político del emperador.
¡Venid al azalá! Insiste el negro zumbón, y el vendedor de humo, enredador por definición, capaz de vender un mal frigorífico en el polo norte, acude raudo y veloz a la llamada de su Dios verdadero, el Zapatero americano elevado a la enésima potencia, el que aumenta el número de soldados y de medios de guerra en los puntos calientes del planeta con una sonrisa zapateriana y un rezo matutino. ¡Las formas idiota son las formas!, no la economía, las que elevan al poder a los vendedores de humo, sus modales esquicitos y sus sonrisas calculadas, el aspecto externo, los discursos cambiantes adaptados lo que desea oír el auditorio de turno, el personal tiene muy poca memoria y la gente está tan ocupada con su supervivencia diaria que sólo retiene la imagen sonriente y prometedora, sin necesidad de que le venden los ojos como se hace a las mulas de las norias para que no les dé el mareo.
Ambos, discípulos de Blair en la sobreactuación pública, podían haberse dedicado al séptimo arte cada uno en su medio natural, Hollywood y, el Deseo como chico Almodovar en la productora de ídem. Un galán moreno del siglo XXI y un “papas fritas” español del Renacimiento.


Puesto que la perfección tiene morada exclusiva en el Reino de los Cielos, el almuédano se reúne con el monaguillo, si no tienes perro caza con el gato, en encuentro religioso planetario o mejor intergaláctico (Leire Pajín) para que el rezo continuado y profundo pueda conmover al Gran Hacedor y nos eche una mano que falta hace. Aunque, en verdad os digo, y perdonen que me exprese en estilo profético, que esta depresión económica no la arregla ni el mismísimo San Pedro a pesar de su cercanía divina. Mucho menos este par de pánfilos galanes vendedores de vanas ilusiones, vividores de sus imágenes políticas y distinguidos portes, mientras el público embelesado les ríe las gracias y la academia sueca le concede el Nobel al más espabilado de los dos.
Dado que el éxito lo tienen asegurado, continuaran, cada uno en su puesto, con el deslumbre pirotécnico al que ya nos tienen acostumbrados y los creyentes, y no creyentes, sin necesidad de venda alguna, seguiremos dando vueltas a la noria sin marearnos. Hasta que una lipotimia colectiva, fruto del atontamiento mediático, por exceso de talante y vacuidad, acabe con todos nosotros. Y, bien merecido estará.


Zapatero, un cruce político afortunado entre Mister Bin y Largo Caballero, solamente por vergüenza torera debería dedicarse a lo suyo y dejar la política para gente menos inútil, y con mayor disposición para resolver problemas reales de la sociedad, y no crearlos donde no existen, a ser posible ninguno que pertenezca a la dirigencia actual, en el Gobierno o en la oposición, nacionalista periférico o de Guadalajara. ¿Alguien habrá? Digo yo.
Cuenta Plinio el Viejo que, Apeles, discípulo de Pámfilo, pintor elegido por Alejandro Magno para perpetuar su imagen y la de su caballo Bucéfalo, era persona bastante receptiva y abierta a la crítica constructiva. En cierta ocasión un zapatero se dio cuenta de un error en la sandalia de la figura que pintada Apeles en esos momentos, y después, tras comprobar que el artista había enmendado el error avisado por el zapatero, se aventuró a opinar sobre la anatomía de la rodilla. Fue entonces cuando Apeles, furioso con el impertinente, le dijo ¡Zapatero a tus zapatos! “Ne supra crepidam sutor judicaret” es decir “Zapatero no debe juzgar más arriba de las sandalias”.
Y menos aún tomar decisiones, que involucren a todo el cuerpo. Piensa un servidor.