viernes, 5 de febrero de 2010

Regreso a la Edad Media




Según la RAE una veguería es un territorio o distrito a que se extendía la jurisdicción del veguer. Se trata de una demarcación territorial histórica de Cataluña y Aragón de origen medieval, que existió desde el siglo XII hasta el XVIII, cuando fueron sustituidas por los corregimientos (territorio sometido a la jurisdicción del corregidor).
Veguer y corregidor aparentemente ejercían funciones equivalentes. El corregimiento y el corregidor tienen su origen en el reino de Castilla. Tras la guerra de Sucesión española Felipe V con el Decreto de Nueva Planta sustituyó las veguerías (vegueries en catalán) por los corregimientos.
Este tipo de instituciones surgen como alternativa a los condados y mandaciones (distritos gobernados por delegados reales), propios del régimen feudal en el Alto Medievo, para reforzar el poder territorial del monarca, a través de un aparato administrativo centralizado, frente al carácter local de las instituciones señoriales. El veguer (del latín vicarius) era el representante de una autoridad superior, asumía responsabilidades judiciales y de representación del Rey de Aragón en el territorio bajo su jurisdicción.
En el siglo XII existían en Cataluña diez veguerías, que se fueron ampliando a medida que el poder real se iba imponiendo a los distritos feudales hasta acabar instaurándose como demarcación territorial básica. En los siglos XVI y XVII esta figura empezó a entrar en conflicto con los poderes municipales, y otras organizaciones locales.


Cataluña en 1937 estaba dividida en treinta y ocho comarcas y nueve veguerías, esto duró bien poco, por los motivos que todos conocemos. El final de la Guerra Civil eliminó cualquier división territorial distinta a las provincias. Pero desde hace tiempo el gobierno tripartito ha querido remodelar la gestión administrativa del territorio.
Actualmente, además de la Generalitat, tenemos las diputaciones, asociadas de siempre a las provincias, los consejos comarcales, los Ayuntamientos y las tres entidades metropolitanas de Barcelona. Y ahora se crean las veguerías, unas circunscripciones más pequeñas que las provincias y más grandes que las comarcas. Parece claro que tantas administraciones para un espacio geopolítico pequeño como Cataluña no resulta fácil de entender para el ciudadano normal que reclama servicios básicos (sanidad, infraestructuras…..). Pero? quién renunciara a dejar la silla y lanzarla al fuego? Unos quieren mantener los consejos comarcales y otros se resisten a bajar la persiana a las diputaciones y proponen cambiarles el nombre y, posiblemente las funciones. El ciudadano pide eficacia y facilidades. Cuantos más organismos existan, menos posibilidades de llegar a la ventana única y mayores gastos improductivos.
El Coonsell Executiu del Govern ha aprobado recientemente el proyecto de ley de división de Cataluña en siete vegueries en lugar de las cuatro provincias actuales. Serían Alt Pirineu i Aran, Barcelona, Camp de Tarragona, Girona, Lleida, Terres de l`Ebre y Atalunya Central. Tras la reunión del Consejo de Gobierno, la propuesta de la nueva organización territorial de Cataluña en siete veguerías ha sido presentada en rueda de prensa por el pequeño honorable, José Montilla, y por el consejero de Gobernación, Jordi Ausàs, de ERC, padre y madre del proyecto. Como no podía ser de otra manera, el regreso a la Edad Media, organizativo y político, de Cataluña no se concibe sin la singular intervención de estos destacados políticos talibanes. El pequeño honorable a cambio de bajarse los pantalones de nuevo ante su agresivo socio ha conseguido recuperar para Barcelona y su cinturón la famosa Área Metropolitana eliminada en su tiempo por El Gran Honorable. El reparto de poderes está bien establecido: La Cataluña étnicamente pura para los talibanes. La Cataluña charnega para el pequeño honorable. La ley de Veguerías es un proyecto auspiciado por ERC y un empeño del conceller Jordi Ausàs que el PSC ha aceptado a cambio de la aprobación del proyecto que recupera el área metropolitana de Barcelona. La división del trabajo y las zonas de influencia de cada grupo resulta muy clara. No obstante, en última instancia, para que la ley sea aplicada, requerirá de las correspondientes modificaciones de las leyes estatales para la supresión de las diputaciones. Pero este apartado, dada la dejadez del Gobierno central ante temas que afectan al conjunto de todos los españoles, no merece la pena ni mencionarlo. Manuel Chaves y María Teresa Fernández de la Vega no ven con malos ojos el asunto.
El pequeño honorable resalta que el proyecto “es una reivindicación histórica de catalanismo y un gran paso en el desarrollo del Estatut “
Las elecciones se acercan y este individuo ve que de no mediar un milagro, político o de los otros, se irá para su casa a sembrar melones, o recoger aceitunas, y puede llegar a ser más nacionalista, en estos pocos meses que faltan, que Macià ,Company s y Pujol juntos. Necesita un plus de votos cuatribarrados para añadir a los suyos cautivos de siempre, procedentes de la emigración, inamovibles, mansos y acríticos por los siglos de los siglos. Los asesores del pequeño honorable y, él mismo, están convencidos que este sector importante de la población catalana comulgará con todas las ruedas de molino que se les endiñe, incluida la indignidad de la no oficialidad de su lengua materna, sin mover ni un solo dedo y, ante pequeñas disidencias siempre aparecerá el Zapatero o Gonzales de turno para añadir agua vendita sociata como coadyuvante del mal trago puntual, y continuarán en la noria haciendo de pollinos útiles al servicio de la politiquería oficial.


Aparecerán, pues, los consejos de Veguería, con sus consejeros correspondientes, que decidirán si contratan o no más personal, eventual o fijo, tal como hacen hoy en día las Diputaciones. Se multiplicarán los funcionarios como los conejos en época de veda, en ausencia de mixomatosis y predadores varios, nuevos puestos, nuevos clientelismos, nuevos privilegios para la prole, amigos y parientes de los miembros del tripartito o de sus sucesores en el Gobierno, y los amigos de los amigos, con la condición única y verdadera de ser un buen patriota cuatribarrado y hablar la nostra llengua hasta debajo del agua.” Fer país” exige algunos gastos y muchos sacrificios. En eso estamos. Detrás del proyecto de Veguerías, además del simbolismo político, se esconde la futura ley electoral de Cataluña que entre otras lindezas permitirá que un ciudadano de Torelló, por ejemplo, tenga cinco veces el potencial electoral de un vecino de Cornellá . Se trataría de discriminar positivamente a la etnia menos favorecida. Todo sea por la justicia.
Sin embargo, se han levantado bastantes voces contra el proyecto de Veguerías. El levantamiento territorial que se ha producido con la dichosa ley era del todo previsible. Difícilmente se hubiera podido irritar a más gente en menos tiempo; despertar agravios que parecían olvidados, en Lérida, Valle de Arán, Tarragona, Reus, las comarcas de Anoia y la Cerdanya, los dos Penedés y fundamentalmente minusvalorar el papel de Barcelona. El síndic de Aran propone la independencia si se le obliga a depender del Alt Pirineu……..entre las protestas de mayor calado. Sí, la independencia del Valle de Aran respecto a Cataluña. Je, je, je siembra vientos y recogerás tempestades. ¡Quién a hierro mata a hierro muere! Un magnífico ejemplo el del síndic señor Francesc Boya. Un ejemplo que debería cundir en las poblaciones del cinturón industrial de Barcelona. Aquí no vale derecho histórico alguno que justifique ningún rancio realengo cuatribarrado.
Antes de que la emigración se implantara en Cataluña el número de habitantes de todas ellas juntas no llegaban ni a cincuenta mil personas, hoy acogen a la mitad de la población del principado. Las distintas ciudades han crecido por y para la gente venida de fuera, durante muchos años las ciudades han prosperado en todos los aspectos gracias a las personas venidas de fuera. Luego nada les debe impedir, salvo el adormecimiento y la mansedumbre acumulada y potenciada por el síndrome del emigrante y la manipulación de políticos ambiciosos socialistas y sin escrúpulos, plantear la independencia a la Cataluña oficial.


Todo lo dicho hasta este momento corresponde al pensamiento del Dr. Jekyll-yauma, pero evidentemente también existe su contrapeso Mister Hyde-yauma cuatribarrado. Veamos algunos puntos al respeto.
La venganza es un plato que se sirve frio, la frialdad acumulada desde hace trescientos años cuando Felipe V promulgó el Decreto de Nueva planta prohibiendo las veguerías entre otras barrabasadas, ha dado lugar a un acumulo de solera vengativa que hoy afortunadamente, gracias a la unión ideológica nacional socialista entre ERC y PSC, permite al noble patriota cuatribarrado de a pie, como es mi caso, disfrutar en toda su intensidad, la restauración de una institución genuinamente catalana. La constancia diaria y la fe ciega en la religión patriótica cuatribarrada, cuyo catecismo ideológico y camino diario de propagación es la nostra llengua, nos ha permitido ésta singular victoria. De un plumazo mandamos al fuego, no purificador, la inmundicia no es purificable, a las provincias franquistas y sus órganos administrativos las Diputaciones. En su lugar surge una organización históricamente cuatribarrada y la figura de un altísimo funcionario, el veguer o alguacil de vara.
Ya el 1 de diciembre de 1937 Lluís Companys, el presidente mártir, debido a las presiones de Antoni Rovira i Virgili cambió las nueve regiones catalanas por nueve veguerías. Catalunya, nuestra amada patria cuatribarrada, estaba dividida además en treinta y ocho comarcas, división acorde con las dimensiones geográficas, casi un subcontinente, y poblacional de ese tiempo, un número comparable aproximadamente a una tercera parte de los habitantes de la china actual. Pero desgraciadamente llegaron los fascistas españoles, los padres de los charnegos que a duras penas conviven con nuestra etnia, y nos impusieron cuatro miserables provincias con intenciones claras de humillación y menosprecio. Todos los invasores de Catalunya a través del tiempo han optado por los mismos procedimientos de minimizar el país, por ejemplo, durante la ocupación francesa de nuestra amada patria cuatribarrada (1808-1814) las fuerzas napoleónicas establecieron cuatro departamentos Ter, Montserrat, Segre y Ebro.
Los fascistas españoles, de antes y de ahora, intentan burlarse de la realidad físico-territorial de Catalunya atribuyéndonos el llamado complejo de superioridad del bajito. Pero nada más alejado del pensamiento comarcalista nacional-cuatribarrado.


Quisiera reconocer solemnemente desde este blog patriótico nacional-socialista que, la ley de Veguerías (no lo escribo en catalán, Veguerie, por si algún español cortito tiene problemas de traducción y se confunde con la Vega de Antequera) la ley que ahora se llevará al Parlament , no hubiera sido posible sin la gran intervención del president Muntillo, cabeza del movimiento nacional-socialista liberador de Catalunya. Para nosotros, los militantes más combativos de ERC, impulsores principales de la transformación de un simple charnego en la primera autoridad de nuestro futuro Estado Nacional, un mandatario comparable al presidente mártir, aunque de una etnia inferior que le marca y le causará problemas en su propio partido, siempre le consideraremos uno de los nuestros. La rememoración de la columna Maciá-Companys de la guerra civil española entre ERC y el Estat Catalá sería para muchos de nosotros un ejemplo de colaboración a seguir con el PSC montillero.
No quisiera acabar este análisis sin desarrollar como se merece la figura del veguer o alguacil de vara, funcionario imprescindible en nuestro próximo Estado Nacional.
Vara, y no la castellana precisamente, es lo que administraremos a todo charnego que no quiera someterse e integrarse en nuestro glorioso Estado nacional-socialista. Vara física de medir, de arrear al ganado y conducir a las bestias de carga cuando se ponen tercas, vara alta de influencia o ascendiente, vara alta en la organización del Estado Nacional para resolver conflictos administrativos fundamentalmente con los rebeldes a la rotulación en nuestra sagrada lengua, organizar las patrullas delatoras, y escuchas en las conversaciones privadas de los castellano parlantes. En resume sobre las espaldas de nuestro futuro Veguer recaerá la sagrada misión de mantener encendida, por vía de la práctica diaria, la llama suprema del nacional-socialismo cuatribarrado.
Que nadie se llame a engaño, una vez conseguida la independencia por vía parlamentaria, el retroceso será imposible, el glorioso camino no tiene retorno, cualquier intento de secesión, en Arán, Hospitalet o Badalona tendrá que vérselas con la columna Muntillo-Maciá-Companys.










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