viernes, 22 de febrero de 2013

Quasimodo Junquillas



Quasimodo Junquillas , hombre de gran tamaño y fuerza, habitualmente vestido con ropas de talla amplia consecuencia directa de su elevado volumen, aumentado día a día por un apetito exagerado e insaciable, rayano con la bulimia más propia de un preboste de la iglesia que de un político profesional, posee  buen nivel intelectual y apreciable inteligencia aunque, a veces se pone plomo cuando explica algo que le gusta, fundamentalmente temas históricos ,incluidos asuntos sobre economía fosilizada, que intenta presentar como el ultimo adelanto de aplicación a la independencia de Cagaluña, apoyándose en cascadas de argumentos, propios o extraños, a los que imprime su inconfundible sello personal. Curiosamente, no ha cambiado la “u” de su primer apellido, originario de Galicia, La Puebla del Deán, por la “o” de la solera patriótica cagalana. A veces cuando mira al interlocutor de turno desde una ligera altura, se parece bastante al actor cómico desaparecido Antonio Garisa.  Buen tipo, en el fondo, condicionado por esa timidez natural que emana de su particular físico. Su gran debilidad es la gitana, catalana eso sí, Esmeralda, de la que secretamente está enamorado.  Meapilas vaticanista, amante de las sotanas, de las que ha aprendido suficientes recursos dialecticos para convertir y manipular charnegos infelices a la sagrada causa cagalana, particularmente vecinos del pueblo donde ejerce de alcalde, a los que les hace creer que formarán parte del “pal de paller” dentro de un hipotético y quimérico estado  cagalán, cada vez más cercano a ser ligeramente algo más que un equipo de futbol, a pesar de que alguno de estos vecinos salen fotografiados  en la prensa con la camiseta del Real Madrid. ¡Pobres idiotas! Quasimodo Oriol Junquillas, se ha pasado media vida viviendo en la catedral de Barcelona, donde era el encargado de tocar las campanas. En sus discursos utiliza el “Captatio Benevolentiae”, recurso literario y retorico a través del cual intenta atraerse la atención del ignorante y la del personal instruido. A veces sus expresiones y comportamientos parecen extraídas de un catalogo para sádicos, no sé si también para masoquistas, su parpado derecho caído y su estrabismo manifiesto, fortalecen ese aire de belleza y pertenencia a clase alta que le atribuía la cultura maya a las personas estrábicas.
 Quasimodo Junquillas es un individuo flemático, distante y educado, solamente hay alguien en el Parlamento cagalán que con su sola presencia le pone de los nervios y le hace perder esa calma cachazuda e impasible, el joven Albert Rivera, basta para comprobarlo observar las reacciones externas de Quasimodo cuando el líder de ciudadanos toma la palabra y enhebra con ese verbo suyo tan demoledor diatribas claras contra la costra separatista. Quasimodo Junquillas sufre en silencio la superioridad dialéctica e ideológica del líder ciudadano.  
Quasimodo Junquillas, primero que nada es un patriota cagalán, su divisa cuatribarrada responde al lema “Todo por la patria cagalana” relativiza las denuncias de corrupción y de espionaje contra políticos cagalanes afines a su ideología, diciendo que todo es un ataque contra el proceso soberanista.
Quasimodo Junquillas, ha descubierto en la independencia de Cagaluña, una pócima maravillosa, un crece pelo  universal, capaz de sanar individual como colectivamente a los cagalanes, la pobreza no existirá en ese futuro maravilloso, ni la infelicidad personal, todos seremos jóvenes, ricos,  guapos y con trempera en grado superlativo, cagalanes de origen y adoptados, todos hijos de la patria cagalana, la felicidad nos espera.
Oriol Quasimodo Junquillas últimamente se muestra exultante, eyecta optimismo por sus numerosos  poros que  son incontables dadas las características físicas y psicológicas del personaje, después de interpretar alguna encuesta, de dudoso rigor estadístico, por el origen de la misma, todo hay que decirlo.
El regocijo de Quasimodo Junquillas lo expele con declaraciones realizadas a algunos medios tales como: “España perderá Cataluña como perdió Cuba, Portugal y Holanda”. Menuda  comparación en pleno siglo XXI, lo que demuestra claramente que el mundo de Quasimodo Junquillas no es el mundo actual sino los sistemas políticos y económicos  de hace varios siglos.
Quasimodo Junquillas, ya lanzado, se permite chulerías, bravatas y menosprecios hacia España y los españoles, fundamentándolas en el complejo de superioridad cagalán tan extendido entre los cagalanes, cuando afirma sin rubor: “Seremos Estado y asesoraremos a España para que deje de hundirse”
Oriol Quasimodo Junquillas, implícitamente parece que se ofrece como ministro de economía para los españoles: “Un ministro de ERC de Economía es lo mejor que le podría pasar a un español ”Sin lugar a dudas, un ministro como Oriol Quasimodo Junquillas, sería la salvación económica para todos los españoles, ricos, pobres, medio pensionistas y otras especies de difícil clasificación, volveríamos al trueque, al intercambio de servicios, en resumen a una economía primitiva floreciente, que, parece ser, según los expertos de la misma escuela económica de Quasimodo, es donde se encuentra la base para redimir a la injusta sociedad actual.  
El final de Quasimodo Junquillas se prevé dramático, ligado a la gitana Esmeralda y a la quimera de la independencia de Cagaluña.  






2 comentarios:

  1. ¡Que alegria verte de nuevo!23 de febrero de 2013, 19:01

    Yauma hacia de menos tus monólogos patrióticos.

    ¡Como siempre fenomenal!

    Agata

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    1. Gracias Agata, como ves hace bastante tiempo que abandoné el Blog, llega un momento en que los acontecimientos políticos superan con creces lo que uno puede escribir y por muchos disparates que a uno se le puedan ocurrir siempre se quedará corto ante la cruda y triste realidad. El hecho de haber escrito de nuevo tiene su origen en que, el personaje protagonista Quasimodo Junquillas, me motiva bastante y en “La voz de Barcelona” donde a veces escribo alguna que otra chorrada, no les parecen bien mis críticas sobre el jorobado de la catedral de Paris, y me las borran con alevosía y nocturnidad, a pesar que entre gran parte de las personas que allí intervienen les gusta bastante.
      Me alegro de volverte a “ver” y recibe un saludo afectuoso.

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