sábado, 18 de abril de 2009

La Solución

Mohíno cabizbajo y doliente, con un pensamiento recurrente saltando atropelladamente entre las sinapsis de diez millones de neuronas corticales, que conforman cualquier cerebro humano, moviéndose entre la estructura de seis capas neuronales, donde se incluyen circuitos de largo recorrido con múltiples y complejas asociaciones, un servidor busca una salida lógica al terrible problema que le atormenta: ¿Cómo solucionar la gobernabilidad del País?
El tema está ahí, no se vislumbra una salida medianamente razonable. ¿Qué área funcional del cerebro humano será la que pueda aportar un mínimo de sentido común al problema?
¿Quizá no es la zona de pensamiento consciente quién aporte la solución?
¿Será el subconsciente?



Siguiendo a Henri Poincaré, a menudo cuando se trabaja en una cuestión difícil, al empezar el estudio no se obtiene nada en claro; luego se interrumpe la labor durante un tiempo más o menos largo, para volver a sentarse delante de la mesa de trabajo. Durante la primera media hora continúa sin encontrarse nada, y luego, de repente, la idea decisiva aparece.
Podría decirse que el trabajo consciente ha sido más fructífero debido a la interrupción y que el reposo ha devuelto al espíritu su fuerza y capacidad de trabajo. Pero es más probable que este reposo se ha empleado para una labor inconsciente y que su resultado se haya revelado luego.
¿Será un problema geométrico?



Poincaré plantea que al estudiar el proceso del pensamiento geométrico podemos tener la esperanza de llegar a captar lo más esencial del espíritu humano. ¿Al estudiar el proceso que está desarrollándose ahora mismo en España podemos captar lo más esencial del espíritu humano?
¿Puede ser la ciencia y la tecnología quienes nos permitan vislumbrar una salida razonable para todos los catalanes?
¿Quizá la literatura?
¿Una síntesis de ambas?
¿Quizás, Quizás, Quizás?
Modestamente entiendo que se necesitan soluciones creativas, partiendo de entes sencillos, una lectura lejana, una imagen incompleta, materiales de desecho de otras creaciones, escombros de construcciones inviables.........etc. pueden ser la base de nuestro futuro.



Obtenida una solución, el catalán medio se sentiría satisfecho, le sobraría tiempo para divagar y no lo perdería en discusiones banales, acerca de las autonomías, el estatuto, el paro o la emigración.
Después de un arduo trabajo del subconsciente, teniendo en cuenta a Poincaré, creo tener un borrador, evidentemente mejorable, como solución lo expongo para quien le pueda interesar:


Regierugngsmaschine (la máquina para gobernar)

J. von Eichendorff, (1.788-1.757) escritor romántico alemán de tendencias místicas en su obra ¡También yo estuve en la Arcadia! Escribe:
Una nube se abrió de repente y se vio una amplia plaza de mercado, llena de movimiento y muy animada, rodeada de los más hermosos palacios. Parecía que los dueños lo habían abandonado todo o que estaban muertos; por todas partes se veían jornaleros y trabajadores de fábrica, limpiándose ellos mismos las botas mientras sus mujeres tendían a secar sobre los alféizares de mármol de las ventanas prendas de ropa agujereada.
Otros estaban sentados en las escaleras de mármol de los palacios, como si alguien hubiera vaciado un saco de trapos viejos. Una carroza oficial de gala con cuatro caballos se paseaba por la plaza. Sobre el pescante iban dos caballeros de pie, que, conscientes de su hidalguía, miraban hacia abajo, con orgullo desde su altura, a la que sus fuertes almas habían sabido elevarse.
Lo patriarcal de esta emotiva felicidad popular se vio de repente interrumpida por un ensordecedor ruido en la misma plaza. Se producía allí un levantar, medir, martillear y golpear. Eran los arciprestes y otros sabios que estaban construyendo una gran máquina: Regierungsmaschine.