martes, 29 de junio de 2010

Dilución




Hace varios días en una entrevista al diario ABC del gran Honorable entre otras cosas dice:

“La oferta de la incardinación en España que se nos hace significaría la dilución de Cataluña a 40-50 años vista. O sea, que a mi entender hay que rechazarla totalmente.”
¿Y los brotes independentistas que surgen? (pregunta el periodista)
“A la propuesta de independentismo no me adhiero…….”

La acción de diluir fundamentalmente consiste en hacer menos concentrada una disolución añadiendo líquido disolvente, generalmente inerte frente al principio activo puro que actúa como soluto. En otros campos apartados de los conceptos físico-químicos, como en las actividades sociales o políticas, el principio de dilución implica hacer que alguien pierda fuerza o entidad hasta desaparecer o hacerse imperceptible.


El miedo terrible de todo nacionalista es la pérdida de identidad, la pérdida de esencia, de pureza, miedo a mezclarse con elementos inertes frente al sentimiento nacional, elementos de relleno de naturaleza racial inferior, capaces por otra parte, de implantar distintas pautas de comportamiento social y alejarse definitivamente del rebaño homogéneo soñado por los líderes del nacionalismo dominante que les permite entre otras cosas disfrutar del poder a su antojo y medida como casta establecida.
Los nacionalismos en plural, desde los más extremos, nazismo, fascismo, hasta los menos duros, léase nacionalismo cuatribarrado étnico, integran las caras de un poliedro irregular de ene caras, todas ellas diferentes en superficie y forma pero componiendo las figuras geométricas espaciales tan conocidas en su versión regular, el dodecaedro y tetraedro.
Sin demasiado esfuerzo intelectual no resulta difícil establecer una clara correlación entre el miedo a la dilución del Gran Honorable y la famosa definición histórica del líder fascista (falangista en versión española) José Antonio:
“España es una unidad de destino en lo universal, ni relegada a lo puramente casero, ni diluida en el universo sin personalidad propia”.
Es claro que el Gran Honorable al hablar de dilución está pensando con temor en disgregación, desleír, rebajar, disolver, en diluciones infinitas donde las interacciones entre los componentes del medio sean prácticamente inexistentes, etc.
El Gran Honorable está pensando, consciente o inconscientemente, en Cataluña como unidad de destino en lo universal y por ello, desde su punto de vista, las diluciones de la pureza étnica cuatribarrada deben ser evitadas a toda costa.


Franco fue, entre otras cosas menos presentables, un efectivo diluidor, dilutor gravimétrico que realizó grandes diluciones en varios puntos clave de España, basándose en el control de peso de los diferentes nacionalismos periféricos, pero se le pasó por alto un matiz muy importante: El material inerte utilizado en su día como disolvente después de la primera generación podía ser susceptible por la vía de la propaganda diaria cuatribarrada y una serie de conceptos de sicología de masas utilizados con profusión por el nacionalismo cuatribarrado, ser activado en parte según los intereses del nacionalismo étnico cuatribarrado, por el substrato nacionalista esencialista con el que interacciona diariamente en las praderas apacibles del oasis y en las madrasas pujolianas obligatorias. Otra parte importante del material de dilución (disolvente de esencialidades) se mantiene actualmente en una especie de limbo político adormecida en su cotidianidad por los apóstoles charnegos de la iglesia social-catalanista, sin saber a ciencia cierta si son cuatribarrados de adopción, de origen o de la Santísima Trinidad.


Para aumentar la concentración de principio activo nacionalista o al menos para no aumentar la dilución, parece que altas esferas del poder cuatribarrado se están planteando dos caminos independientes (cuanto nos place esta palabra a los patriotas nacionales) convergentes (también esta otra) y complementarios a saber:
Limitar por todos los medios posibles que entre más disolvente en nuestro glorioso receptáculo patrio, legislando lo que sea menester, creando condiciones ambientales impertinentes para toda partícula inerte y extraña al principio activo nacional y primar la extracción convenida de disolvente. La segunda senda involucra directamente a todos los patriotas cuatribarrados y se les pide un determinado esfuerzo, placentero en la mayoría de casos, para que aumente el soluto esencial por medio del fornicio reproductivo y patriótico, aunque en determinados círculos de poder cuatribarrado, en privado se reconoce que somos un pueblo flojito en cuestiones de ayuntamientos carnales, reproductivos y de los otros. Falta fornicio alegre y jacarandoso. El retraimiento que conlleva estar siempre bailando la danza patriótica sobre una misma baldosa desactiva los circuitos neuronales preparatorios que requiere todo fornicamiento placentero, la patria castra y el patriotismo continuado rebaja hasta niveles mínimos las concentraciones de testosterona. Alguien puede objetar que el Gran Honorable y otros patricios del nacionalismo cuatribarrado han sido grandes reproductores de principio activo cuatribarrado. En efecto lo han sido, lo cual demuestra clarísimamente que estos prohombres son falsos sacerdotes de la religión cuatribarrada y que la utilizan para beneficio propio, pues la ciencia a lo largo de numerosos experimentos ha demostrado claramente las relaciones negativas entre la producción de testosterona y otras hormonas sexuales, masculinas y femeninas, y el patriotismo sincero y honesto.


De todas maneras nuestro objetivo inmediato es llegar a disoluciones normales, molares, molales y hasta en miligramos/litro de esencialismo cuatribarrado en disolvente inerte charnego, desde hoy se intentara por todos los medios a nuestro alcance evitar otros disolventes extraños, de origen moro y sudamericano, mucho más difíciles de manejar por sus tendencias naturales a las explosiones incontroladas. El disolvente charnego resulta manejable por inerte, como se ha demostrado durante los últimos cincuenta años, gracias, todo hay que decirlo, a sus líderes conversos naturales a nuestra sagrada causa que actúan como inhibidores de cualquier pequeña reacción que hipotéticamente pudiera producirse. De esta manera obtendremos disoluciones normalizadas con cantidades suficientes de principio activo esencial cuatribarrado que, como se ha dicho antes, todos debemos participar en el aumento programado de su producción. ¡Animo y pongamos todos el hilo en la aguja!.

¡Ah! En cuanto a lo que comenta el Gran Honorable, de que él no está por la independencia, no le crean es demasiado inteligente y no quiere quedarse con el culo al aire tan pronto. Su respuesta es la de la zorra ante las uvas. Véase 10% en Cornellà, 6% en Esplugas, 8% en San Feliu ……..etc en el referéndum nacional sobre nuestra sagrada independencia.