viernes, 23 de julio de 2010

Consultorio III

Inocente.


Carta a La Vanguardia. Julio 2010. Remitida por la señora Raquel A.

“Como ciudadana de Barcelona, me parece una absoluta falta de respeto hacia las miles de personas que estamos disfrutando del histórico Mundial que no exista, en una de las ciudades más abiertas al mundo, ni una sola pantalla en un lugar público para que podamos reunirnos todos los forofos del deporte. Es inaceptable que se niegue la oportunidad de llevar esta fiesta a la calle.
En esta selección de la que muchos reniegan, opción que me parece muy respetable, juegan grandes deportistas de origen catalán. Gracias a uno de ellos estamos en la final. Es un mal trato hacia la afición, una discriminación hacia muchísimos ciudadanos y una falta de respeto hacia los jugadores y el deporte en general que no se dé la oportunidad a la gente de poder disfrutar y ser partícipe de este evento deportivo como se hace en muchísimas otras ciudades. ¿Es Barcelona una ciudad de primera o de segunda? Tan sólo he oído los gritos, petardos y bocinas celebrando el gol que nos ha llevado a la final. No somos una minoría. Tiene pinta de estrategia política. Queremos disfrutar del deporte.”


Respuesta de yauma:

Querida Raquel: Empiezas tu simpática carta definiéndote como ciudadana de Barcelona. Permíteme opinar que esa definición tuya de entrada resulta, bajo mi punto de vista, poco afortunada, alguien puede pensar que perteneces a esa secta opositora a nuestro sagrado movimiento nacional, ese grupúsculo de renegados catalanes vendidos al enemigo españolista, esa quinta columna que se hace llamar ciudadanos y con desfachatez española ciutadans.
Te quejas, sin razón alguna, de falta de respeto “absoluta falta de respeto hacia miles de personas” para ser más exactos. Pero querida Raquel, permíteme la familiaridad, existe mayor falta de respeto hacia un pueblo (el pueblo catalán), una nación (la nación catalana), una etnia, (la etnia cuatribarrada), una patria (la patria catalana) que la demostrada por el infame Tribunal Constitucional español y su sentencia. Piensa querida Raquel que, los conceptos de Pueblo, Nación, Etnia, Patria están muy por encima del de ciudadanía y ciudadano en particular, simples piezas del mecano institucional nacional-socialista al que deben sumisión y servicio.
No te olvides querida que las pocas, poquísimas, personas que piensan como tú en nuestro país sois una minoría minoritaria y contentas deberíais sentiros con el hecho importante de que, de momento, solo os ignoremos, las cosas pueden cambiar en un plazo relativamente corto de tiempo, y cartas como ésta tuya será impensable que nuestra censura nacional pueda permitirlas.


Hablas de Barcelona como una ciudad abierta al mundo. En efecto así es, pero la abertura Barcelonesa no necesariamente obliga a serlo a sus instituciones fundamentales, Ayuntamiento y Generalitat , que deben velar fundamentalmente por la felicidad de sus súbditos y no particularmente por la de unos pocos españoles y algunos renegados autóctonos, que se emocionan con las victorias deportivas de unos colores usurpadores de la que debería haber sido la nostra selección nacional, por personalidad de los jugadores, estilo de juego y pertenencia.
Insistes en tu carta que la falta de unas pantallas en la vía pública es un maltrato hacia la afición, una discriminación hacia muchísimos ciudadanos y una falta de respeto en general. Permíteme que te diga que, lamentablemente vuelves a equivocarte. La democracia orgánica cuatribarrada y el régimen nacional-socialista que la sustenta se atiene en sus hechos (poner o no una pantalla como caso particular) y manifestaciones, al sentimiento patriótico generalizado de nuestros líderes en comunión directa con el pueblo llano del cual proceden, por vía sindical, municipal o herencia directa.
Por otra parte, un ejemplo grafico elemental que siempre ponemos a los españoles, y que no acaban de entender, es el siguiente: Suponte, querida Raquel, que te encuentras en una ciudad europea tan o posiblemente más abierta que Barcelona. Pongamos que hablo de Berlín. Allí ¿exigirías que te pusieran una pantalla gigante para seguir a la selección española?. No, verdad que no, o que te hablen en español cuando se dirijan a tu persona. Así ¿por qué te quejas en éste? Otro país europeo extranjero y hostil para vosotros los españoles.
Quede claro que Barcelona, como Berlín, son ciudades de primera. Y por favor te ruego que no dudes, tu pensamiento ofende al considerar a la capital del futuro y próximo Estado Nacional cuatribarrado una ciudad de segunda. Dices que has oído gritos petardos y bocinas celebrando el gol que nos ha llevado a la final. No te engañes. Cuatro chalados en sus locos cacharros seguramente bebidos.
Acabas tu amable carta afirmando: “No somos una minoría. Tiene pinta de estrategia política” Lo de que sois una minoría es rigurosamente cierto, mira cuantos votos obtiene el españolismo en Cataluña (PP+Ciutadans). Y de estrategia política, anda ya, de ninguna manera. Pura fantasía femenina, tan necesaria para la vida diaria, pero a veces malinterpreta la realidad guiándose exclusivamente por sentimientos.
Querida Raquel, reflexiona aún estás a tiempo, rectifica, pide perdón por tus comentarios públicos, hay que apuntarse al bando de los ganadores, mírate en mí, lee por favor la declaración que recientemente ha hecho el ilustre señor M. Sellarès ex director de los mossos de escuadra: “Construir un Estado, construir la independencia será muy difícil. Habrá conflicto, y dentro de nuestra comunidad nacional surgirán minorías unionistas, bien untadas y pagadas, que trabajarán para impedir la emancipación nacional de la mayoría. Por tanto, habrá que enfrentarse a ellas con sentido común y responsabilidad”


A propósito de Berlín, me gustaría explicarte el grado de consideración que merece nuestra nación ante los ojos imparciales de los berlineses. Como bien sabes en la Unión Europea se pasan tiempos de penuria económica, por lo que no resulta extraño visitar de vez en cuando las oficinas de empleo. En Berlín no podía ser menos. Y cosa curiosa de manera directa se aconseja a los naturales de la capital alemana que elijan nuestra patria cuatribarrada para emigrar. A tal efecto en la mayoría de oficinas de empleo hay un cartel bien visible con tamaño de letra amplio y la siguiente lectura:
“Katalonien die grosste Nation die Welt. Die immer bereit sind ihren nachbar helfen, die Spanien. Eine Nation einfacher menschen freundliche menschen, wo jeder sich seine Arbeit selbst aussuchen kann und jeder mit ehrgeiz und fantasie es zum millonär bringen kann”
“Cataluña la más grande Nación del mundo. Siempre dispuesta a ayudar a sus vecinos de España. Cataluña una Nación de personas sencillas y agradables. Donde cada uno puede escoger por si mismo su trabajo y, si es ambicioso e imaginativo puede acabar siendo millonario”
No cabe duda que en este reclamo tiene mucho que ver nuestro ministro plenipotenciario de asuntos exteriores, el señor Carod.
Como podrás observar, querida Raquel, los que no estéis de acuerdo con nuestra metodología política ya podéis empezar a preparar los bártulos, los germánicos prusianos de Berlín ocuparan vuestros lugares. Seguro que resultan más agradecidos trabajadores y de menor conflictividad. Además, a ellos lo del nacional-socialismo no les vendrá de nuevo.


Para que veas la alta preocupación de nuestros líderes políticos por la salud de la juventud catalana te explicare un hecho que seguramente abras leído en los periódicos. Días antes de que la roja jugara contra Holanda, el directorio político de ERC fijó una serie de órdenes internas para evitar que miles de niños residentes en campamentos de verano de la Generalitat (campamentos dirigidos por patriotas militantes de ERC similares a los antiguos campamentos del frente de juventudes falangista y a sus equivalentes de las juventudes Hitlerianas en Alemania) pudieran disfrutar del partido de futbol. Los nazis republicanos movilizaron desde las consejerías que dirigen a todos los responsables de la red de albergues sociales (Xanascat) (cualquier nombre oficial debe terminar en cat) para imponer el veto a la selección española. El responsable directo del asunto J. María Serrano director de programas Xanacat y de la Direccio de Serveis de la Agència Catalana de la Juventud rechazó varias peticiones de los padres y tutores para que los menores pudieran ver el partido de futbol. Alegando que elementos como la televisión “Son distorsionadores del funcionamiento normal de la estancia” Digo yo que este compañero republicano nacional-socialista, paisano mío de nacimiento, tiene toda la razón.
En efecto, a la hora del partido estaba previsto realizar un desfile genérico con canticos subidos de tono de nuestro glorioso himno nacional. Es la hora de oración, en recuerdo de todos los caídos cuatribarrados en combate desigual con el enemigo ocupante español.


Posdata.
Según información de La Vanguardia: “Trabajadores de Albergues que han accedido a hablar desde el anonimato por temor a las represalias anunciadas por los responsables políticos, admitieron que al intentar obtener un permiso especial para que los niños vieran la final española, lo único que consiguieron fue, recibir llamadas en un tono muy duro y amenazante, recordando que el incumplimiento de una orden directa, conlleva graves consecuencias laborales y que la decisión de que los niños no vieran el partido había sido tomada desde las más altas instancias políticas”