lunes, 20 de julio de 2009

El género de los parámetros econométricos



El PIB es masculino (noticia de La Vanguardia)

“La última idea de la secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín, ha causado estupor en el mundo económico. Profesores de economía y expertos se preguntan si es intención del Gobierno definir el sexo de economía. Durante un curso de verano ante los cuadros socialistas, afirmó convencida que el PIB es masculino, es claramente masculino. Ante la cara de asombro de algunos asistentes que no comprendían por qué atribuía masculinidad al indicador económico que mide la creación de riqueza, la dirigente socialista siguió diciendo que el cambio estará en el momento en que las decisiones importantes estén tomadas también por mujeres. No es la primera frase de Pajín que causa revuelo. Ya provocó todo tipo de comentarios su atrevida aseveración sobre la coincidencia del liderazgo de Rodríguez Zapatero con el de Obama como una conjunción planetaria. Seguramente que el PIB no es masculino, porque por esa regla de tres igual se podría decir que la inflación es femenina.”
El PIB representa la suma de todos los bienes y servicios finales producidos en un país durante un año, ya sea por nacionales o por extranjeros residentes. Es importante el término “finales” no se incluyen los bienes intermedios pues se produciría una doble contabilización. El PIB funciona como un marcador que se pone a cero al principio de cada ejercicio, va contabilizando la riqueza generada durante un año y se para el 31 de diciembre.
El PIB se puede medir desde dos enfoques diferentes, debiendo coincidir ambas mediciones (las dos de género masculino):
Como flujo de gastos(o productos finales): es decir, cuál ha sido el destino de los distintos bienes y servicios producidos durante el ejercicio. PIB=consumo+inversión+gasto público+exportaciones-importaciones
Como flujo de rentas: cómo se distribuyen las rentas que se han generado durante la producción de esos bienes y servicios. En este apartado el número de sumandos resulta bastante menos evidente.



La econometría, medición de la economía literalmente, se define como la ciencia que aplica las técnicas matemáticas y estadísticas a los problemas y teorías económicos. Se habla de económetra como un especialista en econometría. También, en la jerga económica se utiliza el término econometrista con igual o parecido significado.
La econometría empezó a tomarse en serio en 1930, (se considera la etapa inicial de la econometría el periodo comprendido entre 1930-1950) fundamentándose una “Teoría General” en 1944 con aplicación de métodos y modelos matemáticos, cálculo, probabilidad, estadística, programación lineal, teoría de juegos etc.
Desde que en 1970 la academia de ciencias sueca concediera el premio Nobel de Economía a Paul A. Samuelson “Por el trabajo científico a través del cual ha desarrollado la teoría económica estática y dinámica y contribuido activamente a elevar el nivel del análisis en la ciencia económica” no se había producido en el mundo científico una noticia, pasada casi desapercibida, de tantísima envergadura, una redefinición de los pilares teóricos de la teoría económica. Asociando, de un plumazo, uno de los parámetros de medición de la economía más conocido, el PIB, al género masculino.
Este gesto científico genial, creemos modestamente que no puede catalogarse mejor, ha tenido su origen en unas declaraciones públicas de una política socialista de nuestro tiempo: La señora Pajín “El problema es que el PIB es claramente masculino” Dijo la dirigente socialista ante numerosos periodistas que la escuchaban con la boca abierta. Con razón, lo de la boca, expresiones sublimes donde la biología se une a la econometría son de rarísima contemplación, algo tan cíclico como un eclipse solar total y que pocos mortales tienen la suerte de poder contemplar a lo largo de su vida.



Entendemos que la señora Pajín, esa Dolores Ibárruri del socialismo zapateril, no ha sido consciente del alcance científico de su asociación, producto interior bruto y masculinidad, hormonas masculinas, andrógenos (testosterona, androsterona…) todas ellas hormonas esteroides derivadas del ciclopentanoperhidrofenantreno junto al PIB.
Seguramente algunos sabios economista, fisiólogos, y de otras ramas del saber, estarán celebrando que, por fin alguien aunque no sea del gremio, se haya atrevido a dar un primer paso en la tan ansiada teoría de la unificación científica, un saber unitario para todas las disciplinas científicas, que ya empezó Maxwell en el siglo XIX con sus intentos de unificación de la electricidad, magnetismo y óptica con la teoría del electromagnetismo. Ha tenido que ser un político, perdón una política, con empuje irreflexivo y ganas de desplazar a barones y varones de su partido, la persona que ha encendido una linterna en la dirección correcta hacia el futuro.
Hay que reconocer, sin ninguna reserva mental, que el presidente Zapatero ha sabido rodearse en general de personas, hombres y mujeres, machos y hembras, de verdadero talento político y del otro, posiblemente en un intento, logrado, por acercarles al suyo propio. Entre estas personas destacan con luz propia las compañeras Pajín y Aído. Ambas brillantes universitarias, creativas, inteligentes, definidoras de conceptos y matices inalcanzables para la gente corriente como usted y como yo ciudadanos normales, aunque no normalizados.
Pajín y Aído, Aído y Pajín, rebeldes con causa luchan diariamente por la igualdad de géneros sustituyendo la lucha de clases de la izquierda tradicional por otra lucha, no menos encarnizada, entre lo masculino y lo femenino. Estas personas generosas utilizan la alta tribuna social que ocupan con asiduidad para denunciar, de una vez por todas, la idea secular masculina de que las mujeres han nacido para vivir en esclavitud y penitencia, bajo la autoridad de los hombres.
Por ello, entra dentro de la lógica de esta lucha sin cuartel el feminizar el indicador económico conocido como PIB (en adelante la producto interior bruta) mismas siglas PIB pero un significado muy diferente. Y ante una bella PIB siempre cabe analizar si es fornida y ancha de caderas, abultados senos salientes redondos y de cabellera hermosa.